domingo, 31 de octubre de 2010

LOS TRES DESEOS DEL CORAZÓN

¡El viaje para conocer cómo Dios diseñó tu corazón ha iniciado!

Dios estableció dentro de ti una feminidad que habla de Él. La gloria de Dios es inmensa así que al crear al hombre sabía que aún faltaba expresar parte de su corazón y decidió crear a la mujer. Gén 1.27: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. No pudo expresar su gloria a plenitud únicamente en la creación y el hombre. En el hombre depositó su esencia guerrera y defensora pero a través de la mujer expresó su ternura,dulzura y belleza.

Existen 3 deseos que Dios colocó en el corazón de toda mujer: ser rescatada, jugar un rol irremplazable en una aventura y develar belleza. Se nos ha enseñado que el corazón es engañoso. Es engañoso cuando no estamos conscientes de estos deseos. Así como necesitamos comer para vivir, así necesitamos satisfacer los deseos de nuestro corazón para vivir como verdaderas mujeres. Películas como “Titanic” o “Encantada” hacen palpitar fuerte nuestro corazón. En ellas hay una bella, un amante, un rey y un villano. Nos identificamos con ellas porque hablan de nuestra vida. Tú eres una bella con un amado que pelea por ti para recatarte pero también hay un malvado que busca robar tu corazón.

A continuación, una breve explicación de estos tres deseos que te ayudarán a redescubrir tu feminidad:


1. SER RESCATADA

Cant. 4:9 Prendiste mi corazón, hermana, esposa mía; has apresado mi corazón con uno de tus ojos, con una gargantilla de tu cuello.
Anhelamos que alguien pelee por nosotras porque valemos la pena. El deseo es tan fuerte que haríamos lo que fuera por satisfacerlo. Va más allá de gustarle a alguien; es más profundo. Es el clamor por sabernos especiales. Nos avergüenza sentir ese deseo porque somos mujeres modernas que no necesitamos de nadie; somos independientes porque tenemos una profesión, un trabajo para satisfacer nuestras necesidades y además “sabemos defendernos”. Aún así nos sentimos, molestas, amargadas; hay una insatisfacción que nos enoja. He allí porque las adicciones en las mujeres se intensifican.


2. VIVIR UN ROL IRREMPLAZABLE EN UNA GRAN AVENTURA

Anhelamos ser parte de algo importante. El feminismo ha tratado devenderte la idea de tomar el lugar del hombre y decirte que no necesitas ningún tipo de invitación, que tú eres por si sola suficiente para hacer tu propia aventura.Gén. 2:18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. Ezer Kenegdo en hebreo es “ayuda idónea” o “sustentadora al lado de él”. Dios nos dio la capacidad de sustentar. No es sólo para casadas o mujeres con pareja; sólo por ser mujer Dios te hizo Ezer Kenegdo.

No deseas la aventura solo por el hecho de tenerla sino porque somos requeridas por otros para realizarla. No anhelamos la posición sino la función; funcionar como Dios nos configuró. En Jueces 4:6-8 se relata la historia de Débora quien es el ejemplo perfecto de una Ezer Kenegdo. Débora no le quitó el lugar a Barac sino le dio su lugar y lo honró. Dios la llamó a una aventura para cumplir su función.

3. REVELAR BELLEZA

Salm. 45:11 Y deseará el rey tu hermosura; e inclínate a él, porque él es tu señor. Sentirnos  bellas y ser hermosas está en nosotras. Cuando se acerca un evento importante, pensamos en que vamos a vestir para lucir esplendidas.
Este anhelo más profundo que la belleza exterior; es interno. Lo que tú corazón revela de ti. Las palabras pueden transmitir la hermosura de una mujer y además pueden inspirar. Ester fue bella. Su bondad, cautiva nuestra atención.

Los estándares físicos impuestos por la sociedad han tergiversado el significado de la belleza. Lo hermoso no es sólo lo que se ve sino lo que viene de la médula misma de quien tú eres. Fuimos creadas desde el descanso para dar descanso. Una mujer afanada y estresada todo el tiempo no atrae a nadie. El reposo, del corazón de una mujer transmite el mensaje de que todo estará bien. Así develas tu hermosura.


Estos anhelos que Dios ha escrito en lo profundo de tu corazón son los que te mujer. Podemos aparentar ser muy ocupadas, eficientes, profesionales, pero sólo estamos sobreviviendo pero nos rendimos ante la comida, el trabajo, el ejercicio, cirugías, salón, hacer, hacer es el clamor desde el interior de tu corazón que grita: “¡Anhelo vivir lo que Dios ha soñado para mí!” Atrévete a dejar que Dios te guíe para disfrutar y ser una mujer plena.
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by : Kristy Motta

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